viernes, 26 de diciembre de 2008

La Ruleta Rusa, Neng!



Estos últimos meses, Barcelona no ha cambiado nada, pero Castefa tampoco.

Castefa es el diminutivo de Castelldefels, una localidad costera cercana a Barcelona que se caracteriza por acumular un mercado negro brutal.

En Castefa son famosos los "nengs" (mozos distinguibles por su habla, por ir rapaos o ir vestidos de cutre-raperos), la playa...

Ejemplo de Neng de Castefa

Pero lo más famoso del pueblo es el Riviera, el puticlub más grande de España.

El Riviera no sólo acumula una cantidad increíble de mujeres que fuman, sinó que encubre unos opacos flujos monetarios que resultan muy golosos para las mafias de narcóticos y armamento.

De hecho, mucha gente de Barcelona viene "de compras" a Castefa porque aquí hay de todo. Y pasa de todo:

En la playa, más de una vez hemos visto a los GEOs forzando viviendas. También fuimos de los primeros pueblos en vivir violencia de género pero al revés (la mujer mata al esposo). Para colmo, la meteorología local es muy violenta y esto se inunda que da gusto. Incluso tenemos tornaditos en el horizonte, de vez en cuando.

Enfin, que lo que no pase en Castefa, no pasa en ningún lao. Se ve que la gente juega a la Ruleta Rusa y todo! Mare meva.

Todo esto lo escribo, porque éste martes sucedió esto:

Un hombre, de unos 30 años, falleció el martes pasado cuando presuntamente jugaba a la ruleta rusa en compañía de un amigo, en un piso de Castelldefels (Baix Llobregat).

La secuencia parece sacada de cualquier película. Con la diferencia de que se trata de un hecho real.

Se cuentan con los dedos de una mano las muertes que en los últimos años ha habido en España por jugar a la ruleta rusa. Y en todas las ocasiones, los jugadores apretaron el gatillo convencidos de que el revólver estaba vacío. Sin balas.


En Castelldefels no. El fallecido, al que sus vecinos del pasaje de Albert Einstein describían el miércoles como un hombre conflictivo, comió el martes en compañía de un grupo de amigos. Estaban de juerga y la fiesta se trasladó a la casa de la víctima.

Dos de los amigos decidieron irse. Pero el hombre convenció al tercer amigo para que se quedara junto a él. Consumieron drogas, mezcladas con alcohol y medicamentos.

La novia, disgustada, se fue a casa de su madre.

El hombre, que tiene numerosos antecedentes, sacó un revólver y propuso jugar a la ruleta rusa. No era la primera vez.


En ese juego, el participante introduce una bala en el tambor de un revólver. Hace girar el tambor y acerca la boca del cañón a su sien. Dispara.

El corazón del jugador se detiene unos segundos hasta que comprueba que la detonación es sorda, sin bala. En Castelldefels, el último disparo fue letal.



Veeelo pa' creeelo, neng...

(fuente: diario El Periódico)


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