martes, 15 de abril de 2008

Recomendación de Blog: El Jefe Novato


"Hola, hola, hola mis queridos drugos" se oye diversas veces en la película de Stanley Kubrick, "La Naranja Mecánica". (foto superior)

Drugo? Drugo es una palabra que significa 'amigo', en Nadsat , una jerga de orígen ruso.

Hay un chico que vive en Valencia y que podría llegar a ser compañero en Senasa si ambos pasamos el reconocimiento del CIMA. De momento sólo somos drugos y nos vamos conociendo.

El chico en cuestión tiene un blog muy interesante. Se llama Diario de un jefe novato . Lo leo casi a diario para ir aprendiendo cosas de él. Lo mejor de todo es que el blog es tan interesante como asequible. Muy recomendable incluso para gente sin relación con el mundo del control aéreo o la dirección de equipos y redes. Un 'must' de la blogosfera.

Ejemplos:

Extracto del post "El poder de la ignorancia":

Muchas veces, el profundo conocimiento de una materia es un obstáculo más que una ayuda, pues nos lleva a buscar soluciones extraordinariamente complejas a problemas estúpidos.

Cuentan que durante la carrera espacial, la NASA se enfrentó al inédito problema de proporcionar a los tripulantes de naves espaciales bolígrafos que pudieran escribir en ausencia de gravedad.

Invirtieron millones de dólares en desarrollar uno.
Los rusos, más pragmáticos, decidieron utilizar lápices.

Extracto del post "Inversión de Polaridad o Cómo tener suerte pisando una mierda":

Los clientes son formas de vida basadas en el carbono dotadas de consciencia, y sus manifestaciones responden a su "momento y posición" más allá de las coordenada y velocidad exclusivamente físicas.

Algunos son proclives al diálogo, la negociación y la búsqueda de soluciones ganar-ganar sin por ello renunciar a una firme exigencia de servicio. Otros, decididamente no.

Un año dando soporte internacional, a múltiples personas de diferentes niveles de formación y origen cultural, puede ser suficiente para desgastar hasta el punto de plantearse renunciar al puesto de trabajo.

Generarse una coraza gris y aguantar estoicamente los ataques como solución de continuidad alternativa al abandono tampoco era una opción, pues era tan apocalíptica como incompatible con la sensación de plenitud que todos buscamos en el trabajo.

Consciente de que vencer las dificultades endurecen los cimientos, mientras que abandonar ante ellas le dan en la línea de flotación a la autoestima, busqué una alternativa original: convertir el fastidio en diversión.

Sin pensármelo dos veces, acudí a una tienda de disfraces y compré unos cuantos gorros: Torero, soldado, bombero, doctor, etc... A partir de ese momento, cuando un cliente agresivo me llamaba me ponía el gorro más adecuado para la ocasión, incluso cambiaba de sombrero en el transcurso de la conversación según el nivel de tensión vigente.

Suerte tuve de que mi jefe no me tirara a la calle.

Así, cada llamada de teléfono agresiva se convierte en una situación tan divertida como 'excitante'. Las risas de mis colegas que ven la escena, así como ser consciente de estar adoptando una actitud extravagante, transgresora, e impropia según los cánones establecidos (sobre todo ahora que ya no soy técnico sino responsable de soporte), me da fuelle para poder quitar hierro a los problemas, buscar soluciones creativas, dialogar con el cliente relajadamente, y reconducir la situación a un terreno más amable y por lo tanto fértil en soluciones y predisposición al acuerdo.

Esta es la inversión de polaridad: Hemos convertido el olor a mierda en agua de rosas.

Lo mejor de los gorros es que realmente los tiene y los usa! Qué rey!


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