Casi doce años después de la inauguración de la torre de control de El Altet -febrero de 1997-, el ente púbico Aeropuertos y Navegación Aérea (Aena) se ha visto obligado a construir junto a ella una estructura auxiliar, de la misma altura, toda ella de hormigón armado, cuya función será "sujetar" el edificio.
Se pretende reducir así el balanceo que sufre la parte más alta cuando sopla viento fuerte, algo que dificulta las labores de los controladores aéreos que trabajan en su interior a casi 50 metros de altura, y que ven ahora repuesta a sus reivindicaciones. La torre costó 3,6 millones de euros.
Aena apuntó ayer de forma oficial que el inmueble -la apertura de la torre ya generó en su día cierta polémica por la falta de visibilidad, lo que obligó a instalar cámaras adicionales para poder ver toda la plataforma de los aviones- que se levanta justo detrás de la torre de control servirá como salida de emergencia de la principal.
No tendrá otra función, ni contará con equipamientos auxiliares y sólo estará conectada a la torre para facilitar la salida de los profesionales en caso, por ejemplo, de un incendio.
Una versión que matizaron otras fuentes conocedoras del proyecto, las cuales vincularon la decisión de Aena a los intentos por reducir el balanceo, incluso lógico según arquitectos consultados, que sufre la torre en los días de temporal de viento.
La torre de control de El Altet se convirtió en la primavera de 1996 en el edificio más emblemático del aeropuerto provincial, al tratarse de una infraestructura de 47 metros de altura hasta el nivel de las antenas, con un diseño vanguardista propio de los mejores aeropuertos de la Unión Europea y apta para atender a las miles de operaciones que se desarrollan todos los años en el aeropuerto, el quinto de España en volumen de tráfico.
Desde el recibidor se accede a dos ascensores de gran velocidad de forma circular de acero inoxidable, uno de los cuales se utiliza para facilitar el acceso de los bomberos en caso de emergencia.
La torre se sujeta sobre un pilar de hormigón de 1,2 metros de diámetro por donde discurren las instalaciones de navegación aérea.
A 25 metros de altura está situada el área de descanso -dormitorios y baño-, en la cota 34 los equipos de climatización para finalizar a 47 metros de altura el área de control de la navegación aérea.
Una sala de 80 metros cuadrados donde trabajan los controladores, los que más "sufren", al igual que los equipos, los balanceos del viento de levante, habitual en la costa mediterránea.
La torre está perfectamente anclada al suelo, pero dentro de unas semanas quedará todavía mejor sujeta, ya que el edificio anexo conectado con el principal servirá tanto como salida de emergencias -la segunda porque el edificio principal ya contaba con ella o así se anunció en la primavera de 1996 cuando se presentó en sociedad- como de pilar anexo para "apuntalar" mejor aún la estructura que corona el que está llamado a ser uno de los aeropuertos más completos de la UE cuando finalice su ampliación en 2010.
La construcción de este inmueble auxiliar ha constituido una sorpresa, porque no figuraba en ninguno de los programas donde se explican los detalles de la ampliación de El Altet.
La primera fase -T-2, terminal de carga, pavimentación de isletas y área de servicios aeroportuarios- está finalizada y la segunda -nueva Área Terminal, accesos, aparcamiento, mejora del sistema eléctrico y sistema automático de tratamiento de equipajes- muy avanzada para poder estar finalizada y completamente operativa en 2010 para atender hasta 20 millones de pasajeros.
La torre de control de El Altet atendió en los diez primeros meses del año a un total de 71.258 movimientos de aviones que transportaron 8,5 millones de pasajeros. Cifras que mantienen al aeropuerto provincial en el quinto puesto del ránking de Aena y que, de momento, hacen posible que sea una de las pocas "empresas" que no ha notado la crisis económica.
La puesta en marcha de la torre de control no estuvo exenta de polémica en su día, máxime cuando el entonces ministro de Fomento, Josep Borrell, y el presidente del Consell "inauguraban" las instalaciones en la primavera de 1996.
A las pocas semanas se supo que el edificio estaba hueco y sin los equipamientos técnicos. Tuvieron que pasar nueve meses para que la torre comenzara a funcionar -febrero de 1997- contando con la vieja instalación como elemento auxiliar. Durante unos meses el control aéreo se simultaneó en ambas torres.
Hoy, la torre es uno de los iconos del nuevo aeropuerto provincial pero ha habido que reforzarla para evitar los embates del viento de levante. Un cartel con el recurrente "Disculpen las molestias", explica los trabajos que se ejecutan junto a ella: la nueva salida de incendios.
(fuente)
sábado, 29 de noviembre de 2008
Noticias ATC: Aena apuntala la torre de Alicante
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