Básicamente, se ha llegado a la conclusión de que por mucho que se cuiden los procedimientos y los sistemas, la clave está en cuidar el factor humano. Es algo que ya sabíamos y habíamos comentado en un post anterior sobre el SACTA. Hablamos de atc's de carne y hueso.
Los controladores aéreos son profesionales a veces cuestionados pero muy especializados, altamente cualificados y con una formación máxima. El perfil recomendado por la OACI es:
-Ser joven
-Hablar un inglés bueno, fluido y claro.
-Tener conocimientos multidisciplinarios.
-Demostrar las siguientes cualidades:
- Agilidad mental para procesar información y capacidad para dar respuestas eficaces en un corto espacio de tiempo.
- Atención concentrada y dividida.
- Autocontrol en situaciones de estrés.
- Capacidad de coordinación en situaciones operativas.
- Capacidad para analizar y tomar decisiones en un corto espacio de tiempo.
- Capacidad para trabajar en equipo.
- Madurez y estabilidad emocional.
- Orientación espacial.
- Razonamiento abstracto.
- Resistencia a la fatiga.
Cuando un Inspector de Hacienda supera las oposiciones, lo mandan a La Coruña 6 meses, cuando un controlador aéreo supera las pruebas de acceso, lo mandan 20 meses de curso a Madrid. Esto da una idea del cuidado que pone España en la formación de sus profesionales del control aéreo.
Además, son muy seleccionados porque tienen el perfil especial mencionado. Todo esto hace que sean escasos, caros de encontrar y formar. En España, para encontrar, formar y poner a trabajar controladores, hacen falta 4 años y más de 100.000€ en formación por alumno, aparte del esfuerzo del candidato.
España es de lo mejorcito del mundo en cuanto al servicio de control aéreo. Estamos muy concienciados. Probablemente esto se deba a que somos un país muy orientado al turismo internacional y con una economía que lo permite. Sin embargo, no todos los países ponen el mismo empeño por la razón que sea.
"Diana Vilarasau, a través de un artículo, nos hace un resumen de la reunión de la OACI en Tanzania, donde se denunció la escasez de controladores aéreos:
La escasez mundial de controladores aéreos, el uso excesivo de horas extras y la falta de una “cultura justa” fueron las materias más apremiantes que ocuparon la agenda de la cuadragésimo séptima Conferencia Anual de la IFATCA.
El encuentro se celebró en la ciudad de Arusha, Tanzania, en el África oriental, con la participación de sus más de 300 delegados, promovida por la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) para el plan de seguridad en África.
El presidente de IFATCA, Marc Baumgartner ha destacado que esta escasez de controladores, que es evidente en todas las regiones - África, el Oriente Medio, Asia, el Caribe, Europa y Norte y Sur América - representa un grave peligro para los viajeros.
"Si no nos esforzamos para mantener la seguridad y eficiencia del sistema de administración de tráfico aéreo en la medida en que aumenta el número de vuelos”, aseguró Baumgartner.
Por otra parte, al abordar la escasez de personal, IFATCA estima que las asociaciones miembros deben estar atentas a que los controladores realicen el número de horas extras permitidas dentro del marco de la legislación, frente al recurso que se viene utilizando frecuentemente de aumentar en exceso las horas extras de este personal ante el creciente tráfico aéreo, que lleva a la fatiga mental y física del controlador aéreo y amenaza con su salud.
"Hacemos un llamamiento a los Estados y los proveedores de servicios de tráfico aéreo en todo el mundo para que reconozcan este peligro potencial y tomen medidas inmediatas para mitigar los graves riesgos que representa esta práctica”, apuntó el presidente de IFATCA.
La Federación expresó su continua preocupación por la situación de la aviación en América del Sur, donde se han planteado problemas por el lento cambio de autoridades militares sobre los aeropuertos, aunque reconoce que se han dado positivos en Argentina y Brasil.
Asimismo, hizo referencia a la necesidad de la aplicación de una cultura de lo justo, apuntando que el enjuiciamiento de los controladores aéreos que actuaban cuando se produjo este trágico accidente es una clara evidencia de que “lamentablemente, no se está aplicando.
La filosofía de la culpa y la criminalización directa inhibe el desarrollo de las prácticas de seguridad”. En este marco, debe aprenderse de los errores y no criminalizar a los profesionales, una cultura en cuya promoción se plantean trabajar con los Estados y la OACI.
"Éste es el mayor legado que podemos otorgar, un sistema más seguro y eficiente bajo el que el público viaje con garantías y eficiencia. La gestión del tráfico aéreo es la espina dorsal de una industria de la aviación capaz de sostener el crecimiento económico mundial”, concluyó Baumgartner.
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario